Existen marcas emblemáticas que hoy están causando una revolución en el mercado estadounidense, pero existe un caso en particular de una marca que está desafiando lo tradicional de forma cautivadora, es probable que, Francisco Hill cuando creó Jarritos en la década de los 50 estuviera lejos de imaginar que ese sabor inigualable hoy, esté generando más de 200 millones de dólares gracias a su posicionamiento estratégico.

Jarritos no es un refresco, es un ícono de la identidad mexicana en un mercado latino cada vez más demandante, es por eso que, dentro de su estrategia de posicionamiento se encuentran pilares que arraigan la mexicanidad en cada rincón: desde la lucha libre hasta retos callejeros para encontrar el mejor taco en Los Ángeles. 

Jarritos se ha adaptado para buscar la aceptación de las nuevas generaciones en una apuesta desenfrenada ha diseñado NFT –Non -Fungible Token- con la finalidad de estructurar nuevos mercados sin olvidar su esencia: México.

Se ha vuelto el compañero de la migración, ese recuerdo que vive en la memoria del mexicano, ese sabor inigualable que acompañaba a los tacos como un fiel e inseparable amigo. Es por eso que, una de sus campañas más fuertes de posicionamiento fue “Sabemos a cultura”  o “Con sabor a cultura” que logró generar muy buen arraigo de su “Mexican Cola”, un refresco que promete contar con el sabor mexicano de uno de los refrescos más famosos del mundo. 

Se ha vuelto un ícono cultural, una revolución de sabor en un mercado de la nostalgia que cada vez es más fuerte y poderoso, no sólo es un refresco que evoca los sentimientos de un México inigualable, es un gran aliado para demostrar que todo lo que sabe a México es maravilloso. 

Es la muestra de la evolución, de un refresco que surgió solamente con ‘sabor a café’ que adquirió su nombre justamente de los jarritos de barro que se utilizaban para tomar esta emblemática bebida y que se dio cuenta de la importancia de la innovación, de ofrecer una gama de productos que te dejaran a México en el paladar. 

Jarritos es México en su máxima expresión.