Siempre quise tener una editorial, tenía el sueño de escribir sin importar las consecuencias de cautivar y diseñar un proyecto que fuera sustentable, que además, tuviera un montón de consecuencias positivas en el lector.
Llegué a los 33 con un sueño cumplido: Más de un millón de seguidores de lo que hoy en día se puede llamar una de las agencias de contenido más grandes de América Latina y es que, desde que tengo razón de ser disfruto muchísimo las letras, la música, el café y la publicidad.
Comencé en la radio a los 15 años, sí, ciertamente me daban oportunidad de tener un espacio los martes y jueves de 5 minutos en una radio universitaria y eso me bastaba para ser completamente feliz, lo disfrutaba muchísimo, daba la agenda cultural de la semana y de vez en cuando una que otra nota sobre efemérides bastante caóticas que investigaba horas antes.
Después llegué a los periódicos y nadie me paró, desde pequeño tenía la extraña fascinación por escribir.
Uno crece (en edad) y tiene dos opciones consolidar sueños o envejecer (de ideas), prefiero por mucho la primera opción aunque no es un camino sencillo a lo largo de estos 14 largos años como publicista profesional (ajá, hace 14 emití mi primera factura) he aprendido algunas cosas importantes que quiero dejarles:
- Emprende sólo si tienes control de tus emociones, si eres capaz de ser constante, responsable y empático con las causas.
- Tranquilo, siempre existen finales mejores de los que tu cabeza crea.
- Habla siempre con la verdad, sin importar lo difícil que sea.
- Está bien fracasar, no creas que todo es éxito en la vida. No te frustres.
- No tengan miedo a poner lo que vale su trabajo, alguien que sepa el valor de su persona lo pagará.
- Y no, emprender no es para todos y no me malentiendan, está bien también ser el mejor operativo del universo, sí, también pueden cobrar millones. Que no les vendan la falsa idea de que, emprender es la única forma de trascender.
- El amor es el camino seguro a cualquier parte.
Cumplir 33 es como un proceso muy curioso, nunca se sabe dónde parará el sueño de hacer publicidad.
Hace algunos años me escribí una carta, cumplía 29 y le escribía al pequeño Alejandro, justo mañana cumplo 33 y decido terminar de la misma forma:
¿Sabes qué es lo que más admiro de ese niño, Alejandro? Que nunca se dio por vencido, que siguió, siguió y siguió, necesito que no me abandones, que sigamos, este adulto creativo te necesita todos los días, por eso te escribí, para que sepas que no te olvido.
Nunca dejen de soñar.






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