En los últimos días los medios de comunicación han estado hablando de la cerveza mexicana que logró un tercer lugar mundial con su stout “Foca”, pero, hubo una pionera en México que logró ser considerada “la mejor cerveza del mundo”.
Su nombre, cuenta una historia peculiar:
“Cuando se elabora esta cerveza, se decide enviar una muestra a los reyes españoles. La respuesta de los reyes es una carta en blanco con el sello real. Para una cerveza que todavía no tenía nombre, se decide adoptar este gesto, que es un gesto de aprobación por parte de la Corona española, y ese nombre ponérselo a la cerveza. Y es por eso que la cerveza se llama Carta Blanca”, explica el maestro cervecero Heli Tella, sobre una marca que deslumbró desde sus inicios.
“Su calidad no dejó lugar a dudas: ‘Excelente y suprema’, ‘No parece mexicana’, decían las críticas de la época [en la que otras como las alemanas y anglosajonas gozaban de un mayor prestigio]. Su transparencia sedujo a los consumidores. Fue la cerveza de batalla [de CM], la primera que obtuvo premios nacionales e internacionales en las exposiciones universales de principios del siglo XX. Su denominación tenía un sentido de libertad, de creación, de seguir siempre de frente sin parar”.
Así lo recuerdan en el libro “Una empresa a través de los siglos: Cervecería HEINEKEN México”, que describe su sabor inalterable a lo largo del tiempo como “verdaderamente exquisito, tanto que en poco tiempo fue reconocida en el extranjero”.
Recibió el que llegó a ser considerado como “el único gran premio de la cerveza” en la exposición de Missouri (Estados Unidos) en 1904, y desde entonces se sucedieron innumerables reconocimientos en otras exposiciones cerveceras destacadas como las de Chicago (EE.UU.), Río de Janeiro (Brasil), Múnich (Alemania), Bruselas (Bélgica), París (Francia) y Madrid (España).
Fue tras participar en esta última, en 1906, cuando Carta Blanca recibió elogios hasta del mismo rey de España, entonces Alfonso XIII:
“Habla la ‘Revista Contemporánea’ de la agradabilísima impresión que produjo a Su Majestad la referida instalación (…), su singular contento por los adelantos conseguidos por esta gran fábrica mexicana cuyas exquisitas cervezas en nada desmerecen de las más afamadas de Alemania”, recoge el libro antes mencionado. Poco tiempo después y como una lógica consecuencia de su éxito, Cervecería HEINEKEN México fue nombrada Proveedora de la Casa Real de España.
Llena de historia, valores y tradiciones, pero siempre abierta a las innovaciones y mejoras -como las corcholatas (1903) y su envase de cristal transparente ámbar con tapa “quitapón” (1967).
Ese tan reconocido que, cuando Heli Tella explicó en un taller el origen del nombre “Carta Blanca” para la marca, provocó que una voz de fondo mostrase de forma espontánea su aprecio: “Muy buena cerveza”.
Fuente de la nota: Heineken México






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