La filosofía Hygge de los daneses busca la felicidad a través de la apreciación de las pequeñas cosas cotidianas que nos reconfortan y nos generan placer y bienestar.

Dinamarca suele ocupar los primeros lugares en los ránkings de felicidad mundiales. Y hay razones objetivas para ello. Dinamarca ofrece a sus ciudadanos un alto nivel de vida con servicios públicos de calidad, acceso a la educación, atención médica y otros servicios sociales. Implementa políticas para reducir las diferencias sociales y económicas y para que exista igualdad de oportunidades entre sus ciudadanos. Los daneses confían mucho en sus instituciones y no hay corrupción. Dinamarca valora el equilibrio entre vida laboral y personal. Los daneses suelen tener jornadas laborales razonables, lo que permite más tiempo para el ocio y la familia. También son pioneros en políticas respetuosas con el medio ambiente.
Podríamos seguir pero seguramente con esto bastaría para entender por qué son uno de los pueblos más felices. Pero hay una cosa más: el hygge, la filosofía de vida que practican los daneses. Te explicamos qué es y cómo aplicar a tu vida diaria este filosofía nórdica que, como el gökotta sueco o el sisu filandés, contribuye a aumentar los niveles de satisfacción.
QUÉ ES LA FILOSOFÍA HYGGE
Hygge tiene sus raíces en la lengua danesa y noruega y ha evolucionado a lo largo del tiempo para representar la esencia misma de la felicidad. Aunque no tiene una traducción literal, se puede describir como una sensación de comodidad, calidez y bienestar. Probablemente la palabra más cercana a su significado es «acogedor».
Si le preguntas a un danés que quiere decir hygge puede que responda que es «mirar la tele bajo una manta saboreando galletas de canela caseras o disfrutar de una taza de chocolate caliente frente a la chimenea en un día de lluvia».
Tradicionalmente, el hygge se ha asociado con el invierno. En Dinamarca, esta estación es muy dura porque solo hay cuatro horas de sol al día y las temperaturas rondan los 0ºC, por eso los daneses pasan mucho tiempo en interiores. Pero esta filosofía va más allá de tener un entorno acogedor en casa cuando hace frío. En realidad trata de priorizar la serenidad, lo sencillo y la conexión emocional con nuestro entorno y las personas que nos rodean. Según el hygge, la felicidad está en las pequeñas cosas cotidianas. Y para conseguirla hay que saber apreciar lo básico y encontrar satisfacción en lo simple.
CREA UN AMBIENTE ACOGEDOR
En la filosofía hygge tiene una gran importancia de la comodidad y el confort. Este principio se manifiesta en la creación de un ambiente que invite a la relajación y al bienestar. La iluminación suave, las mantas acogedoras, los muebles cómodos y otros elementos que fomenten un espacio acogedor son esenciales para cultivar el hygge. La idea central es transformar nuestro hogar en un refugio donde podamos desconectar del estrés diario y sumergirnos en la serenidad.
DISFRUTA DE LOS PEQUEÑOS MOMENTOS Y DE LAS COSAS SENCILLAS
Otro aspecto fundamental del hygge es disfrutar de las cosas sencillas. Valorar y encontrar placer en las pequeñas cosas de la vida cotidiana es clave para abrazar esta filosofía. Desde saborear una taza de té caliente hasta sumergirse en la lectura de un buen libro o disfrutar de una cena tranquila en compañía de seres queridos, el hygge nos anima a apreciar los momentos sencillos y encontrar la alegría en ellos.
FOMENTA RELACIONES AUTÉNTICAS
La conexión humana también ocupa un lugar destacado en la filosofía hygge. Cultivar relaciones significativas y pasar tiempo de calidad con amigos y familiares son componentes esenciales para crear un ambiente hygge. La idea es fomentar la intimidad, el apoyo mutuo y la creación de recuerdos compartidos que contribuyan a una sensación duradera de felicidad.
VIVE EL PRESENTE
El hygge nos invita a apreciar el presente. Vivir el momento, ser conscientes de nuestras experiencias y encontrar gratitud en el día a día son prácticas fundamentales para abrazar esta filosofía. Al desacelerar y disfrutar del aquí y ahora, podemos experimentar una sensación más profunda de bienestar y plenitud.
CONECTA CON LA NATURALEZA
La conexión con la naturaleza también juega un papel crucial en la filosofía hygge. Salir a pasear por entornos naturales, disfrutar de actividades al aire libre y maravillarse con la belleza de la naturaleza contribuyen a un estilo de vida hygge. Esta conexión con lo natural refuerza la idea de que la simplicidad y la autenticidad son elementos esenciales para encontrar la felicidad genuina.
DESCONECTA DE LA TECNOLOGÍA
Hygge defiende la desconexión de la tecnología aunque sea solo algunos momentos al día. Dedica tiempo a actividades analógicas, como juegos de mesa, manualidades o simplemente disfrutar de la compañía de otros sin distracciones digitales.
EJEMPLOS DE HYGGE
En resumen, el hygge no es simplemente una palabra danesa sin traducción exacta; es un modo de vida que nos invita a apreciar lo simple, a construir conexiones significativas, a vivir el presente y a crear ambientes que fomenten la calma y la felicidad.
Invitar a amigos a una cena en casa, con platos caseros y una atmósfera relajada; pasar una tarde de lluvia leyendo un libro junto a una chimenea o con una manta cómoda; organizar una caminata al aire libre seguida de una taza de chocolate caliente… son ejemplos prácticos de esta filosofía que practican los daneses.





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